Thin Walls, el tercer trabajo de Balthazar, llegó esta primavera para liberarnos de Rats, un disco de melodías adictivas en el que muchos caímos atrapados y en el que se recoge la esencia de lo mejor de los belgas: canciones densas, consistentes y deliberadas donde lo mejor del sonido espeso de cantautor no ahoga un oscuro ritmo bailable. No es de extrañar que parte de sus referencias sean Dylan, Gainsbourg, Blue Velvet de Lynch o Songs of love and hate de Cohen. Hay quien encuentra reminiscencias de la New Wave europea, el Post Punk, el pop de los ochenta o el sonido independiente del XXI pero es obvio que tras diez años Balthazar ha creado un sonido propio difícil de definir. El grupo, creado en 2004 entre las ciudades de Kortrijk y Gante -y en cuyo inicio sus integrantes no superaban los dieciocho- presentará esta tarde su tercer disco tras Applause (2010) y Rats (2012). Este álbum, cuyo título, Thin Walls, hace referencia a la ausencia de privacidad que se vive en las giras y lo que las rodea, fue escrito justo mientras estaban en ruta con su gran éxito de 2012 reflejando las aristas más oscuras y caóticas de la gira pero también uno de sus momentos más prósperos. Es la primera vez que el quinteto delega la producción y lo ha hecho dejándola en manos Ben Hillier (productor de Blur o Depeche Mode entre otros) y Jason Cox (Gorillaz, Massive Attack) que han dotado a este excelente trabajo de un empaque menos poroso. No podemos esperar para disfrutar esta noche de temas como “Decence”, “Night Club” o “Dirty Love”, y tal vez dejar que destronen a Rats en la lista de nuestras debilidades.

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