Que no se pare el tiempo, que siga su curso. Así lo quiere Fernando Rubio, dramaturgo y artista visual argentino, que se apropia de las Naves Matadero para instalar aquí su “hogar”. Una casa de madera a modo de performance en la azotea de la Nave 10 es el lugar escogido para ser habitado por el actor Juan Loriente durante cinco días.
Como buen anfitrión, hará que sus invitados se sientan a gusto, y entre ellos recibirá las visitas de la bailarina Mónica Valenciano o el actor Andrés Lima. Nosotros, lectores curiosos, también podremos visitar el espacio, infiltrarnos en el día a día de este inquilino, escuchar detenidamente sus relatos o compartir con él los encuentros y películas. Porque el papel de Loriente es ponerse en la piel del otro, hacer que sus días fluyan y varíen en presencia del público.
Un espacio físico -la casa- que nos trae a la memoria recuerdos, personas, nos aísla, nos hace mirar hacia nosotros mismos y ser dueños de ese tiempo y hogar que habitamos y al que a cada uno de nosotros nos evoca un sentimiento diferente. Descúbrelo en esta performance de larga duración, solo del 18 al 22 de abril.