¿Quién no ha perdido la cabeza por un icono? Y más en la época en la que vivimos, siempre buscando representaciones de todo aquello que nos rodea. Carlos Morán, artista plástico salmantino, nos deleita con su obsesión a través de la fotografía de varias imágenes de las entrañas de la clásica Barbie. Ese icono de millones de niñas de todo el mundo, y que proyecta infinidad de ideas, costumbres, cánones de belleza y estereotipos sociales (sobre todo americanos). Es aquí donde Carlos se centra y decide indagar en el interior de la Barbie, y moldear ese plástico (el policloruro de vinilo) jugando con las formas,  termoformaciones y presiones sobre la figura que debe ser torturada y manipulada a la vez. Porque como él mismo expresa en su vídeo con textos de Alex de la Iglesia, “la Barbie no pretende ser querida; quiere ser deseada, sometida, afamada, indisciplinada, alabada, utilizada, inmortalizada…”. Y es así como, viajando al interior de la muñeca, se conoce el otro lado de su belleza. Así que a través de esta autopsia del fenómeno Barbie, podremos conocer los inicios de una muñeca alemana que Ruth Handler descubrió en un viaje a Berlín, y que cambió la manera de jugar de distintas generaciones.

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