El mundo entero cabe en Bel Mondo. Por sus escaleras se accede a un universo fascinante de neones, arte urbano y sabores lujosos que crean una Dolce Vita en Madrid esplendorosa. Nos fascina recorrer su carta y pasear por una Italia que se bebe, se come y se siente como nunca antes. Pocos lugares aspiran a ser nuestro centro neurálgico pero sin duda si pruebas Bel Mondo tu vida orbitará entre sus pizzas napolitanas y sus postres cargados de placer. Aunque, como todo lo que sucede con este lugar es inesperado el inicio de la velada no puede ser sino algo insólito. Un coulant de burrata ahumada o unos calzoncini, empanadas de ensueño, o un tiradito, una lubina con toques de almendras, limones y maracuyá son una bienvenida que no imaginamos ni en nuestros mejores sueños.
Y luego llega la difícil tarea de elegir entre sus pizzas, sus raviolis o su pulpo sin que la gula nos prive de su tiramisú antológico, o su tarta de queso. Bel Mondo nos trae una experiencia que bien merece abandonar el calor del hogar para navegar por el Adriático más sabroso.