Cuando bajas la larga escalera de entrada no piensas que aquel templo vaya a ofrecerte tantas posibilidades de espacio y cocina. Los metros cuadrados se suceden en diferentes zonas según los gustos. Larga barra, zona de mesas para tapeo, restaurante, cocina a la vista, tres terrazas al aire libre y cubiertas. Cerca de 500 personas pueden ser atendidas en este paraíso del mar. En definitiva, un sinfín de posibilidades que te llevan a pensar que aquello es algo grande en todos los sentidos. Una vez que te sientas a la mesa puedes comprobarlo: todo tipo de mariscos, pescados y carnes. Tienen carta y diferentes menús con precios muy ajustados. Os recomendamos que probéis los mejillones en salsa, uno de los platos más solicitados del establecimiento, pulpo a la brasa, alcachofas a la plancha, chipirones, bacalao al ajillo y, para terminar, una deliciosa tarta de queso. Marisco de calidad, bodega muy completa, buen servicio, decoración moderna y acogedora con un ambiente agradable. ¡Ah, se nos olvidaba! También dispones de un expositor con marisco para llevarte a casa, recién cocido. Nuria Moro, directora de sala, os aconsejará todo aquello con lo que disfrutar al máximo. Muy recomendable.