Caminas por Ponzano y notas una brisa que te atrae sin remedio hacia un nuevo concepto de taberna. Sabores atlánticos posan ante ti sin ningún tipo de complejo. Se muestran tal como son y no ocultan un acento cantarín que te transporta irremediablemente a Galicia y sus ancestrales recetas sin parangón. Te sientes furtivo en esta neotaberna explorando una tierra y un mar diferentes. Su decoración cálida y atrevida, sus platos evocadores pero transgresores. Todo está diseñado para caer en la tentación gallega de Furtivos. Tras la barra surge la figura de Pucho Landin, un chef inquieto que ha cocinado en El Culler de Pau, Lúa, StreetXO o en Barra Atlántica. Ahora su desafío es darle un toque creativo a delicias como las zamburiñas, los percebes o el pulpo. En sus mesas altas se denota ese punto informal que desprende la filosofía de los platos de Pucho. Una fusión entre el mundo rural y el urbano te espera en cada mordisco. Un pecado venial acompañado de pan y empanadas gallegas que conforman un cosmos verde y azul en pleno Ponzano.
Al lado de los bocados norteños más sugerentes te encontrarás con vinos gallegos por los que perder la sobriedad. Beber con mesura y mantener la compostura es fundamental para regresar en la barca del sabor gallego al asfalto de Madrid imaginando otra escapada a Galicia sin salir de la capital.