Una sola excusa basta para salir cualquier día y a cualquier hora, a tomar un aperitivo por el que se ha convertido el lugar de las cervecerías por excelencia. El número 38 de Ponzano se ha convertido en un vibrante local bajo el nombre de La Malcriada. Una taberna hecha para compartir, desde buenos momentos con amigos hasta una carta “con lo de siempre, pero no hecho como lo de siempre”, como dice Fernando García Melchor, uno de sus socios. Como platos imprescindibles, el hummus de remolacha con chips vegetales, las clásicas puntillitas fritas o las crujientes mini hamburguesas “La Finca” con queso de cabra y cebolla caramelizada. Para quien se haya quedado con más ganas de dulce, es posible pecar un poco más con los vasitos de tartas: limón, queso o tres chocolates.
El grupo Lalalá apuesta así por una cervecería divertida que nos retrotrae a las tabernas clásicas de la capital, pero que a su vez pretende renovar el concepto de las cenas informales con una selección que casa perfectamente con cualquier cocktail, vermut, vino o cerveza que se tercie.