Más allá de su calidad gastronómica o de su importancia en el ranking de bares mexicanos, los tacos de Mawey Taco Bar son grandes búsquedas de sensaciones y sabores. Pequeños bocados imprescindibles, con un alto grado de hondura y paladar. Se ha implantado en la capital la cultura mexicana de la mesa, el rebuscamiento de la verdad de esa cocina. Mawey clama a los cuatro vientos y apunta únicamente a lo verosímil. Julián y Fernando, almas de los fogones y sala, han buscado el sentido de su cocina para que nosotros, los críticos, clientes y amigos, nos baste con encontrar el sentido de esa búsqueda. A partir de ese legado descubrimos que una hora en una de sus mesas es pura gozada. Todo trasciende si te interesa su coctelería, un añadido más para potenciar la cara simpática de esta taberna. Se han preocupado de cuidar el ambiente, la decoración, hasta la música (de la que puedes disfrutar en Spotify). Mesa altas informales (zona sin reserva) y salón para la calma (con reserva), todo desde la sencillez y la proximidad.
Después de varias visitas te preparo un buen menú: rajas de chile poblano con quesos fundidos, una mollejas de ternera enchipotladas (tiernas y suaves), taco de cochinita pibil con xnipec (salsa picante elaborada con chile habanero, tomate, cebolla morada, jugo de naranja agria y sal), un taco de oreja y sepia con chile habanero (te volverá loco), tacos gobernador con queso Oaxaca (blanco, de hebra), y si andas guerrero, remata con los tacos de carnitas de pato con mole (excepcional sabor), que te dejarán listo para abordar los postres: la tarta de lima-maracuyá. ¡Para chuparse los dedos! Y para sofocar tu garganta, no hay duda; el cóctel Chapo Guzmán (adicción). Todos os preguntareis por el picante: sin problema, todo en su justo nivel. Los que quieran más caña te ofrecen una salsa, aparte, que te garantiza un viaje a Marte en cohete. Imaginación, coraje y valentía. Disfrútenlo, ¡están abiertos todo el verano!
