La verdadera comida de Japón es un arte. Más allá del sushi existen centenares de coloridas recetas que desafían en belleza y sabor a cualquier plato occidental. Ninja Ramen es el refugio de ese legado así como el del apasionado de una gastronomía tan única. Una visita a su tatami reservado a grandes ocasiones o cualquiera de las dos coquetas plantas de este lugar nos eleva hacia el país del sol naciente mediante una elaborada carta. De ella surgen las gyozas más tiernas de la ciudad y los ya tradicionales baos de cangrejo. Ambas delicias tienen la virtud de la excelencia a pesar de competir con referencias niponas muy notables en Madrid. Algo que nos sorprende es la capacidad para ocultar sabores insospechados en los platos más trendy o tradicionales de Japón. El Ramen Volcánico es una de las propuestas osadas de esta carta sublime. Su inspiración con especias un tanto picantes justifican la visita a este recorrido foodie por oriente. Poco después caemos en los brazos de un sofisticado Shoyu Ramen con carne de Waygu que vamos haciendo al punto que queramos en esa fondue oriental que tantos matices propios deja en nuestro paladar. Difícil olvidar la presentación y el aroma de este plato de pobres que se reivindicado ante nuestro ojos como una referencia de ese Japón inhóspito que al fin llega a Madrid. El postre sorprende por su aparente simplicidad que encierra una deliciosa alma dulce. Mejor dejarse sorprender antes de finalizar una velada en ese lugar especial donde descubrir los platos más representativos del street food japonés.
