Chamberí, uno de los barrios más icónicos y efervescentes en lo que a locales gastronómicos se refiere, dio la bienvenida hace poco más de un año a Santa Gilda. Un proyecto que nace tras el éxito de su hermana mayor, la brasería Santa Rita. En esta ocasión, Ana Sánchez y Luca Faverio han apostado por una propuesta cargada de productos frescos y de temporada, desde las carnes hasta las verduras. Con el carbón de encina como eje fundamental, sus creaciones superan cualquier expectativa que podamos tener acerca de un bar de tapas.
Su completa carta la abre la reina de los aperitivos madrileños: “la Gilda nuestra de cada día” es una tapa tan homenajeada que bautiza el nombre del propio local. Con un regusto picante en el paladar continuamos con la suave Ensaladilla Rusa con camarón pipa y las jugosas Croquetas de Changurro con alioli de ajo negro.
En una parrilla tan especial como es la robata, se aprecian los matices de platos tan icónicos como el Pulpo al Olivo con puré de patatas o los Chipirones con cebolla confitada y migas de sobrasada. Y para los más carnívoros, proponen el delicioso Rabo de Toro sobre puré de boniato asado, uno de nuestros favoritos. Dentro de esta excelente mistura de ingredientes, la sección de los postres tampoco deja indiferente: propuestas frescas como la Piña Osmotizada en Mojito y asada en Robata son una muestra perfecta de cómo este local persigue la excelencia a través de mezclas sorprendentes.
Al igual que la carta de platos, la decoración juega constantemente con texturas y colores, mezclando sus azulejos de tonos verdes con ladrillos desnudos. A su vez, un espectacular graffiti de la actriz Rita Hayworth en la película “Gilda”, completa una de las paredes de este espacio en el que se ha escogido un mobiliario muy singular con lámparas Grazia, sillas Mid Century y mesas de mármol verde a medida. Apliques.
Sin duda, este bar dedicado a las tapas gourmet promete hacerse un hueco bastante notable en los locales de ocio madrileño. ¡Descúbrelo y que no te lo cuenten!