Advertencia: los sabores de los que vamos a hablar a continuación pueden causar adicción. Te avisamos con antelación porque es posible que no puedas parar de visitar este coqueto lugar en Chueca. Los tequeños desembarcaron en Madrid desde su Venezuela natal para incentivar nuestra gula. Su textura, el queso que encierra en su interior y esa ternura que se deshace en los labios son difícilmente resistibles. Una vez que los pruebas no hay marcha atrás. Sabes que volverás sobre su tierno cuerpo como si de una dosis de ambrosía se tratase. Para redoblar nuestra adicción, Wakü nos ofrece desde este pasado verano una variedad inusitada de tequeños que llevarnos a la boca. Ellos los llaman “tequeños que molan”, nosotros los hemos bautizado como “nuestra perdición”. Caminar por Chueca siempre tiene un mismo desenlace. Hoy probamos el tequeño clásico y de postre el maravilloso tequeño de Nutella. Mañana el sorprendente de chistorra y nuestro favorito: plátano macho con queso. Pasado es probable que nos decantemos por el de pizza o el de jamón serrano con queso. La semana siguiente caeremos rendidos a los sabores del tequeño de salmón con queso crema o el de dulce de leche. Lo que es evidente es que este take away se ha convertido sin hacer ruido en parte de mis deseos menos ocultos. El centro de Madrid me sabe a tequeños desde la primera vez que entré por esa puerta a otra dimensión del sabor. Cae en la tentación. La adicción del tequeño te espera. Sucumbirás. Mil sabores insólitos te aguardan en Wakü.